martes, 19 de junio de 2012

TODAS LAS MÁQUINAS TIENEN SU RAZÓN DE SER



Hemos acabado de leer LA INVENCIÓN DE HUGO CABRET de Brian Selznick, una historia de amistad protagonizada por dos niños, Hugo e Isabelle,  ambientada en París en 1937

Además de ser un homenaje a los pioneros del cine, en especial a Georges Melié, y de los magos, es también una búsqueda adolescente del lugar que cada uno ocupa en el mundo.

Estas son las palabras de los dos chicos:

—¿Te has dado cuenta de que todas las máquinas tienen su razón de ser? —le dijo Hugo a Isabelle, recordando lo que había dicho su padre la primera vez que le había hablado del autómata—. Sus creadores las contruyen para que la gente se ría, como este ratoncillo; para saber qué hora es, como los relojes; para que todo el mundo se asombre viéndolas, como el autómata… Tal vez sea esa la razón de que las máquinas rotas resulten tan tristes: ya no pueden cumplir con el propósito para el que fueron creadas.
Isabelle cogió el ratón, volvió a darle cuerda y lo dejó de nuevo en el mostrador

—Puede que ocurra lo mismo con la gente —prosiguió Hugo—. Si dejas de tener un propósito en la vida es como… como si te rompieras.










Estas son algunas secuencias de películas que se mencionan en el libro.   ¡Que las disfrutéis!

Este es el final del blog, por el momento.

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